Afrontar las críticas no siempre nos resulta fácil ya que a menudo tendemos a rechazarla, negarla, o incluso responder con un ataque hacia aquel que la expresa.
Si la crítica está mal gestionada puede acarrear consecuencias negativas tanto para uno mismo como para la relación con la persona que la efectúa.
Bien llevada es una ocasión para replantearse y rectificar la propia conducta. Una crítica ofrece información acerca de las consecuencias de nuestra conducta en otras personas.
A continuación, se expone una forma aconsejable para afrontar la crítica, asertivamente.
- Concentrarse en lo que le están diciendo e intentar comprender ese punto de vista. Centrarse únicamente en el contenido de la crítica, posponiendo la posible tendencia a defenderse o a pensar en los motivos ocultos de quien la está haciendo.
- No interrumpir, esperar a que acabe. Se trata de “almacenar” tanto la información que se está recibiendo como la opinión al respecto. Cuando manifieste claramente que ya ha acabado, es el momento de pasar a la siguiente fase.
- Tomarse unos instantes para procesar la información y organizar nuestra respuesta. Intentar no dejarse llevar por las emociones desagradables que puedan experimentarse.
- Responder, de forma tranquila, firme y directa.
- Pedir un cambio en la forma de expresar la crítica si le han molestado. Especificar los aspectos formales que no le han gustado y pedir que en el futuro, si tiene que expresarle una crítica de nuevo, lo haga teniendo en cuenta estos aspectos.