Las habilidades sociales son una serie de conductas observables, también de pensamientos y emociones, que nos ayudan a mantener relaciones interpersonales satisfactorias.
Las habilidades sociales suelen aprenderse mediante aprendizaje social, en el que las personas, adquieren comportamientos a consecuencia de la observación e imitación de otros. Estas habilidades se fortalecen gracias a su práctica y repetición.
Los estilos de comunicación principales son: asertivo, pasivo, y agresivo. En función del estilo de comunicación que usemos provocamos una serie de reacciones y expectativas en la conversación. Nadie se comunica totalmente en uno, pero sí en cada persona suele predominar un estilo de comunicación.
- Estilo asertivo
Es el estilo de comunicación que debemos fortalecer, y usar en la mayor parte de nuestras interacciones, manteniendo una actitud de respeto por nosotros mismos y cuidando la relación con los demás.Ejemplo: “Me siento cansado, me gustaría tomar un café en una terraza, ¿te apetece acompañarme?”
- Estilo pasivo
Es el estilo de comunicación que usamos cuando tendemos a adaptarnos en exceso a las reglas o deseos de los demás, menoscabando nuestros derechos, manteniendo una actitud de sumisión y pasividad.Ejemplo: “Tengo un poco de sed… no sé si tomar algo, ¿qué opinas tú?”
- Estilo agresivo
Es el estilo de comunicación que usamos cuando no tenemos en cuenta los derechos y sentimientos de los demás, manteniendo una actitud de amenaza y confrontación.Ejemplo: “Quiero un café en una terraza, ven aquí, por favor.”
Una variación del estilo agresivo es pasivo agresivo, que a diferencia del agresivo que se identifica con facilidad, éste tiende a pasar desapercibido.
Aparentemente se muestra inhibido, y cede ante los demás. Muestra una actitud derrotista que suele arrastrar a las personas de su entorno a un desgasté psíquico y emocional.